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fachada del hotel Santa Brígida |
Sabías que el martes 9 de agosto de 1938,nuestro emblemático hotel Santa Bríguida fue pasto de las llamas debido a un cortocircuito que se produjo en la habitación que ocupaba el teniente fiscal de la Audiencia de Canarias, Luis Crespo Rubio. Un suceso que grabó con fuego aquella luctuosa tarde de verano en los anales de la historia del turismo en Gran Canaria y en la memoria de los huéspedes que, a las 15:20 horas, salieron corriendo al exterior para ponerse a salvo. A las cinco de la tarde ,el fuego se había adueñado de las plantas inferiores y amenazaba seguir todo el edificio, pionero de la arquitectura centroeuropa de la Isla.
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vistas de hotel Santa Brígida |
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entorno Hotel Santa Brígida |
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Afortunadamente, no hubo que lamentar desgracias personales, gracias a que el hotel pudo ser desalojado a tiempo. El servicio y otras personas que llegaron hasta allí ayudaron a los huéspedes sacar todas sus pertenencias.
La imagen del hotel en llamas era desoladora. El fuego crujía las maderas, mientras las pavesas ardientes caía sobre el jardín del hotel y se esparcían por los campos de viñas de los alrededores, así lo vivieron algunos testigos:
"El incendio del hotel se desarrolló en la víspera del día de San Lorenzo. Sobre las tres de la tarde de ese día pasaron por la carretera alarmados unos obreros diciendo que estaba ardiendo el hotel. Mi padre que era cocinero del hotel alertó a mi familia del incendio. Éste comenzó en la última planta. Todos los vecinos del lugar corrieron a salvar todo tipo de enseres y utensilios pero el hotel al ser de madera se propagó con mucha rapidez. Fuí testigo de como todos los trabajadores intentaron salvar lo que resultó insalvable" Antonio Santana Miranda
El incendio destruyó por completo el inmueble que hasta aquel aciago día levantaba su elegante silueta en medio del pintoresco paraje de El Monte. Se trataba de una pérdida muy sensible sobretodo para el turismo en Gran Canaria, que requería entonces confortables alojamientos y buenos servicios, comodidad y distracción. Para colmo en esas fechas el hotel Santa Brígida era uno de los mas cotizados y acogedores para los turistas europeos.
La noticia de su destrucción impresionó vivamente el ánimo de los grancanarios, a quienes se le llenó el corazón de humo. El hotel había sido un lugar atrayente, donde se reunían las familias más selectas de la Isla en busca de ratos de esparcimiento, en un ambiente de íntima complacencia y un lugar idóneo para entablar relaciones que marcaban distinción. Y también supuso, a nivel local, una tragedia colectiva para muchas familias del pago de La Atalaya, de donde procedían la mayor parte de las personas que prestaban servicios para el hotel.
El hotel destruido estaba lleno de recuerdos y objetos de valor. Como sucede en muchas desgracias, algunos aprovecharon el desconcierto general para intentar quedarse con objetos del establecimiento, aunque al final terminaron perdiéndolo todo.
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Comedor Hotel Santa Brígida |
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Habitación Hotel Santa Brígida |
Y así, con nostalgia y añoranza, se dijo adiós al viejo edificio de madera del hotel Santa Brígida, después de 40 años de vida gloriosa y triunfante.